
Nos ponemos en contexto: tras un EP homónimo editado en Espora Records en 2024, la pasada primavera Talleres Molina estrenaba su primer larga duración «Allegro ma non troppo», arrancando gira en abril que los llevó por Madrid, Bilbao o Torrelavega. Y como su fantasía sonora no tiene límites, regresan en otoño con más fechas y sobre todo más temas.
Ya está aquí su nuevo sencillo, de nuevo con Espora Records: «Tuve una novia terraplanista». Porque todos tenemos un pasado y los chicos de Talleres Molina también, y con eso vuelven Julio Molina (voz, guitarras y sintes), Gabi Marcos (batería y programaciones) y Nando Ros (bajo y sintes), con una historia basada en hechos reales, o casi.
Nuestros tres mecánicos mallorquines favoritos nos traen esta nueva entrega donde, de nuevo sin grandilocuencias, alardes técnicos ni sofisticaciones, se sacan de la manga un energético y descacharrante single de tres minutos donde nos advierten de un serio problema que hay a nivel mundial.
Su nueva canción es una seria advertencia, y llamada de atención ante una realidad que está ahí afuera, rozando lo pandémico en forma de estupidez.
Talleres Molina, por supuesto, nos advierten del peligro de las teorías conspiranoicas y el terraplanismo, y no lo hacen de boquilla, no, ellos lo saben de buena tinta, porque tuvieron una novia terraplanista, que trabajaba en una clínica dental en Almería, que pensaba que el hombre no fue a la luna, que Paul McCartney falleció en 1966 y, desde entonces lo sustituye un doble, y un montón de teorías chiflantes que finalmente hicieron descarrilar una prometedora relación sentimental.
En definitiva, primer single adelanto del que será su segundo y esperado álbum (si el tiempo y las autoridades no lo impiden). Este nuevo tema es sin duda una canción de amor y desengaño de la vida, pero un poco a su manera.
El single viene acompañado por un videoclip en el que podemos ver al trío cantando en el baño de la casa de la suegra de uno de ellos. Lo que viene a ser una buena dosis de costumbrismo pop. La pieza está realizada por El Instituto Colombiano de La Imagen, con fotografía y vídeo de Edmundo Vargas, edición de Maximiliano Soares y producido por Álex Riolobos.
Nueva fechas de la gira ALLEGRO MA NON TROPPO:
2025
Viernes 31 de octubre: Sala Es Gremi (Mallorca)
Jueves 20 noviembre: Sala Continental (Barcelona)
Viernes 21 noviembre: Sala Because (Castellón)
Sábado 22 noviembre: Sala Radio City (Valencia)
2026
Sábado 10 de enero: Sala La Movida (Mallorca)
Viernes 6 de febrero: Sala Siroco (Madrid)
Viernes 20 de febrero: Sala Azkena (Bilbao)
La banda anuncia también que el resto de actividades y acciones durante lo que queda del año y el próximo serán las habituales: cambiar neumáticos, embragues, distribuciones, pre-ITV, etc. Lo normal, aparte también de bajar al parque algunas tardes a dar de comer a las palomas.
Aviso a clientes e interesados:
Los conciertos de Talleres Molina en ningún caso (ni bajo circunstancia alguna) tendrán una duración superior a los 58 minutos.
Solo se aceptarán encargos con un mínimo de treinta días de antelación, y el importe deberá ser abonado al 50% antes de la actuación (preferiblemente en metálico).
La banda cesará su actividad profesional de forma irrevocable el día 27 de noviembre de 2027 a las 23:30h, momento en que quedará extinguida definitivamente y exenta de cualquier responsabilidad, garantizando hasta la fecha un comportamiento ético, respetuoso y ejemplar tanto con sus seguidores como con sus detractores.

Sobre Talleres Molina:
Talleres Molina es el proyecto musical formado por Julio, Gabi y Nando en septiembre de 2023, creado para dar salida a las urgentes y atribuladas composiciones de tres minutos en las que no hay sitio para “solos” instrumentales, grandilocuencias o alardes técnicos, solo soluciones rápidas, efectivas y concisas a los problemas musicales de hoy en día.
La idea de montar este nuevo proyecto nace en un bar, como no podría ser de otra manera. Una noche de esas de aguántame el cubata, los tres miembros pensaron en montar un proyecto paralelo mucho menos esclavo de las capacidades técnicas, casi como volver a montar un grupo con quince años, volver al principio, pero con algunas canas y mucha más sabiduría. Primero fue el nombre, venga, que sea como si fuese un taller, con su logotipo retro, como los que veían de pequeños en las calles de su barrio. Luego que si un traje de mecánico para actuar, venga que sí, un mono azul customizado por la madre de Julio, que fue costurera.
En definitiva, recuperar el imaginario popular de las calles de su ciudad y exhibir el orgullo de pertenencia a la clase obrera (que es lo que son).
¿Y las canciones? Pues que no pasen de tres minutos, que no haya nada que sobre, tocar lo justo, cantar lo justo, y contar lo justo y estrictamente necesario, para dejar mucho más espacio a pasarlo bien y la experiencia de compartir música con el público, que es lo único que importa.
¿La promo y contar cosas en las dichosas redes sociales? Pues que lo haga una voz en off, que sea como en un documental de National Geographic, con una voz profunda como la de Morgan Freeman y listos. La lluvia de ideas solo acaba de empezar, las notas de prensa de la banda se hacen con papel rosa del libro de facturas del taller y se escriben a máquina. Su primera maqueta fue en casete y solo hicieron veinte copias para sus amigos, ninguno la pudo escuchar, evidentemente no tenían reproductor, pero eso da igual.
¿Los conciertos? ¿Las canciones? Lo más importante, sin ninguna duda, es que si alguien piensa que Talleres Molina son un grupo “estético”, se equivoca. Su música es su mayor valor. Si Picasso tardó cuatro años en pintar como Rafael, pero toda una vida en pintar como un niño, el trío mallorquín es capaz de condensar en tres minutos en sus composiciones toda una amalgama de influencias y exquisitos gustos musicales que esconden de forma sutil y a veces casi imperceptible, sin darse importancia, haciendo como que pasaban por ahí, de puntillas, con su traje de mecánico y sus manos manchada de grasa. Ellos insisten en que componen las canciones en un par de horas, pero evidentemente eso no se lo cree nadie.
Por cierto, ¿saben de mecánica? Por supuesto. En sus vidas paralelas son mecánicos, taxistas, camareros, cocineros, padres, maridos, amantes, e incluso peritos judiciales de arte. No les pongas a prueba.
Habrá grupos mejores, más jóvenes, incluso puede que más guapos, pero como ellos, no.
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